11/01/2007 Gracias papá por enseñarme el valor del silencio, la ética y la contemplación bajo esos embriagadores cielos tucumanos... [foto: en blanco y negro de mi padre]
A mi padre por enseñarme el valor del silencio y la contemplación bajo esos embriagadores cielos tucumanos mientras el arrullo de arroyos y ríos nos regalaban su mejor canto junto a la hierba verde y fresca que perfumando el aire de esas entrañables montañas nos invitaba a soñar con los ojos abiertos.
Papá te marchaste tan pronto de nuestras vidas que fue difícil salvaguardar aquel vacío sólo con el raciocinio lógico que nos aporta la aceptación de las cosas. En ese proceso de duelo, ayudaron mucho los recuerdos sobre tu persona, tu alegría de vivir, tu alentador optimismo por la vida y la serenidad que tu alma reflejaba en esa mirada tierna que aún hoy me acompaña.
Papá gracias por tu amor, tu compañía y tus enseñanzas, especialmente aquella sobre el valor de ser ético.
Sobre esto encontré la sabia respuesta de un matemático árabe que ilustra a la perfección la mejor definición que ha llegado a mis manos de qué es la ética.
Relato
-Le preguntaron al gran matemático árabe Al-Khawarizmi sobre el valor del ser humano, y éste respondió:
-Si tiene ética, entonces su valor es = 1
_Si además es inteligente, agréguele un cero y su valor será = 10
-Si también es rico, súmele otro cero y su valor será = 100
-Si por sobre todo eso es además una bella persona, agréguele otro cero y su valor será = 1000
-Pero si pierde el uno que corresponde a la ética, perderá todo su valor pues, solamente le quedarán los ceros. Así de sencillo.