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Un nuevo aniversario junto a Luis - [1979 - 2017] 38 años juntos y felices.

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31/07/2017 Un nuevo aniversario junto a Luis - [1979 - 2017] 38 años juntos y felices.


Lo más maravilloso fueron los amigos,compañeros y familiares que nos acompañaron ese 27 de Julio de 1979. No disponíamos de recursos para celebrar una boda junto a todos aquellos que hubiésemos deseado que nos acompañasen a celebrar ese gran día. Sólo pudimos hacer un asado, al mediodía en la casa de Rubén Scida para nuestros padres y tios más cercanos y a la noche una modesta reunión para brindar por nuestra unión con mi padre, hermanos y cuñadas.

[ Mi padre era quien debía llevarme hasta el altar pero un retraso inexplicable impidió que llegara a termino a la ceremonia y tuvo que ser mi hermano Sergio quien ocupara su lugar].

Hubo tantas complicaciones que por momentos pensé que la boda no llegaría a celebrarse. El primer inconveniente surgió cuando fui a la tienda de calle Mendoza a recoger el vestido de novia y me encontré ese sábado al mediodía que la tienda estaba cerrada, conseguir al dueño fue toda una odisea al que finalmente lo localizé en el hipódro, ¿se imaginan lo que significa buscar a alguien que no conoces, que encima no sabe que le estas buscando y para rematar el asunto ni siquiera te conoce?. Las señas que me dieron de él eran tan comunes que era como buscar una aguja en un pajal, solo se me ocurrió ir preguntando si alguien conocía al dueño de esa casa de comercio hasta que al fin di con él. La explicación que me dio fue tan sincera que a pesar del enfado que tenía, sonreí para no comer me lo, y sin alzar la vista de las pistas, dijo: -Lo siento, me despité. Las carreras me llevan de cabeza.

Después del asado yo debía ducharme en casa de Rubén y desde allí él me llevaría a la Iglesia. Parecía un buen plan hasta que el primer corte de agua me pilló en la ducha con jabón hasta las orejas. Rubén entonces tuvo la brillante idea de sugerir que saliera de la ducha envuelta en un albornoz y chanclas subir al coche e irnos a casa de u hermano Lucho que vivía a cuatro o cinco manzanas de la suya, previamente habían ellos hablado por teléfono y gracias a Dios ellos si tenían agua. Pero vaya sorpresa y creánme que esta lo era, no más bajar del coche y entrar nuevamente a la ducha, se corta el agua allí. Todos nos quedamos de piedra.

En ese preciso momento suena el teléfono en casa de Mati y Lucho, es la empleada de Rubén avisando que el agua ha vuelto. Otra vez, albornoz, chancla y coche. Finalmente, estoy duchada, pero... cuando voy a secarme el pelo, la luz. se corta. Estoy a punto de explotar, no me lo puedo creer, entonces pensé, da igual, total con el calor que hace se me secará en dos minutos, y si... suponen bien, yo no tenía maquilladora, manicura ni peluquera en casa ese día, no podía permitirmelo.

La empleada de Rubén era la única persona que estaba allí para echarme una mano y ella trataba de quitarle importancia a los desastrosos inconvenientes en que me veía atrapada desde hacía poco más de tres horas. Yo no lograba salir de mi asombro y ella sólo tenía palabras amables para animarme.

Pero la historia no acaba aquí.... llegó el crucial momento de ponerme el vestido y al subirme ella la cremallera, ésta se rompió. En ese momento sentí como el mundo se desplomaba a mis pies. No pude evitar el llanto y me dejé caer al suelo. Ella, inmediatamente reaccionó y salio de la habitación corriendo; a los pocos minutos regresó costurero en mano y me cosió el vestido desde más abajo de la cintura hasta casi la nuca y con ayuda del velo tapó el apaño.

Bien, repuesta del disgusto, la abracé y le di las gracias. Había llegado el momento de irnos a la Iglesia. El coche del papá de Rubén, un DODGE enorme lucía impecable en el portal de su casa sin ninguna decoracón. La calma volvió a reinar en mi corazón, aunque, no por mucho tiempo. No podía dejar de pensar en el retraso que llevábamos y cada dos segundos estaba pendiente del reloj y del denso tráfico de Avda. Mate de Luna que entorpecía por momentos nuestro avance. Estábamos detenidos en el semáforo de Floresta cuando al girar la vista sobre el otro carril contrario veo pasar a mi hermano Sergio en otro coche, dirección a la casa de Rubén.

Se lo comento a Rubén. Él, reponde: - no podemos hacer nada, volver sería una locura. Cuando no nos encuentre allí él retonará a la Iglesia. No paraba Rubén de decirme que no me preocupara, cuando un reventón nos indica que hemos pinchado una rueda. Fueron esos los minutos más largos de mi vida, por fin volvimos a ponernos en marcha después que Rubén trajeado como estaba cambiara la rueda. El siguiente fallo fue bajar por Avda Sarmiento y girar sobre Avda. para llegar a la Iglesia justamente por la mano contraria. Desde el coche podía ver a toda la gente apiñada en la acera con cara de preocupación. Decidí entonces bajarme del coche y cruzar a pie la Avda. cogiendo con las dos manos el vestido y la cola.

Todo el mundo murmuraba conjeturas y yo sin habla y sin fuerzas para disculparme. Cuando todo me daba vueltas sentí el brazo de Sergio asirme con fuerza. "Entramos y Salimos" sin que yo recuerde como y cuando nos casamos.

De las cosas que recuerdo de ese momento es el de lamentar que mi amiga Coralito no cumpliera su promesa de cantarme a cappella el Ave María como me había prometido que lo haría. Después de reprochárselo supe que ella si nos lo había cantado y que fui yo la que no se enteró. Todo el mundo lo había escuchado menos yo. Cuanta pena embargo mi corazón. Ojalá conservara el cassette que me trajo de regalo con la grabación de la ceremonia y su maravillosa voz interpretando el Ave María de




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