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Tucumán - La Municipalidad toma posesión de la Casa Sucar- Un poco de historia sobre los acontecimientos para recuperar esta joya arquitectónica.

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25/05/2017 Tucumán - La Municipalidad toma posesión de la Casa Sucar- Un poco de historia sobre los acontecimientos para recuperar esta joya arquitectónica.


Sociedad

La historia que valora a la Casa Sucar
Sábado 28 de Enero de 2012
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Ubicada en Salta 532, la Casa Sucar fue construida en 1923 por la familia Barbieri. Intervinieron en su diseño el arquitecto Luis Lucena y los artesanos italianos Perinotti y Colotti. En 1939 fue adquirida por Musa Salim Melhem, de quien la heredó su hija Hortencia Melhem de Sucar. En 2003, ya propiedad de Vicente Lucci, fue restaurada y destinada a la Fundación que lleva su nombre. Hoy la propiedad se encuentra en excelente estado de conservación.
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Sábado, 13 de octubre de 2012

Negocios contra vecinos

En Tucumán como en Buenos Aires, los cuidadores del patrimonio desoyen a los vecinos y permiten demoliciones que rozan la barbarie.

Por Sergio Kiernan

Todo lo que protege el patrimonio se debe a la movilización de los vecinos, con muy escasos políticos y rarísimos funcionarios que perciban que los tiempos cambiaron. Es una de esas áreas en que el Estado va atrás de los ciudadanos y no distingue entre intereses creados y asesoría profesional. La maltratada ciudad de Tucumán acaba de mostrar un ejemplo clínico de cómo están las cosas, con sus vecinos logrando que su comisión local de patrimonio diera marcha atrás en un permiso de demolición y después perdiendo la partida por razones oscuras.

El caso es el de la casa Sucar, que se alza en uno de los arbolados bulevares de la ciudad, Salta 532. La casona es uno de esos deliciosos bichos argentinos de un eclecticismo abandonado y encantador. Es una quinta urbana de perímetro libre en medio de un amplio jardín, básicamente italiana, pero decorada con herrerías y moldurado muy al estilo Art Nouveau español. Fue diseñada en 1923 por Luis Lucena y según la completa ficha de la Universidad Nacional de Tucumán, la ornaron dos italianos llamados Perinotti y Colotti, parte de la alegre invasión de constructores que tanto nos dejó. La casa tiene un remate escultórico, una reja perimetral muy linda y vitrales notables, y para mejor forma un conjunto con otras dos de similar porte que se destacan esa cuadra de la avenida Salta.

Los clientes eran los Barbieri, que en 1939 se la vendieron a los Melhem. Fue su hija Hortencia quien se casó con un Sucar, nombre que terminó prendiendo. La casa está en perfecto estado de conservación, bien equipada y cuidada, porque en 2003 fue comprada por la Fundación Lucci, que invirtió en transformarla en su sede central. Pero la inversión no fue disfrutada por mucho tiempo, porque el señor Lucci murió y a sus hijos y herederos se les ocurrió lo de siempre: como en Buenos Aires, como en todas partes, decidieron hacer una torre.

Y ahí estalló la oposición.

El año pasado, los vecinos descubrieron que la casa Sucar no estaba catalogada ni protegida por la ley local de patrimonio. Con buen tino, los patrimonialistas señalaron que eso era una omisión del Estado y no una cuestión permanente. De hecho, la avenida Salta está en el casco histórico de Tucumán, declarado Ciudad Histórica por dos leyes nacionales y una ordenanza municipal. También le cabe a la casa la ordenanza 1773/91, de Preservación de Bienes de Interés Municipal y Componentes del Patrimonio Arquitectónico y Urbanístico. Y la Sucar está incluida desde el año 2000 en el Inventario de Sitios y Edificios de Valor Patrimonial como un Bien de Interés Municipal.

De inmediato hubo presentaciones al Ente de Cultura, con la llamativa punta del Colegio de Arquitectos de Tucumán que, al contrario de sus colegas porteños, fue claro y alto en un comunicado de su presidente, Juan Ramazzotti. El escándalo fue tan grande que radicales y demócratas cristianos pidieron un amparo a la Justicia afirmando que “la demolición sería ilegal y violatoria de derechos de los que son titulares todos los habitantes de la provincia de Tucumán”. El pedido fue durísimo con la firma Viluco, que había solicitado el permiso de demolición el 23 de diciembre de 2011: “Resultan ilegales, irrazonables, ilegítimas e inconstitucionales las actitudes de los propietarios actuales o nuevos, visibles u ocultos, con la intención de pretender demoler dicha propiedad”.

Con lo que no extraña que la Comisión de Patrimonio se reuniera el 13 de enero de este año, de emergencia y llamando a miembros que estaban de vacaciones. La reunión fue breve y en poco más de una hora emergió Mauricio Guzmán, presidente del Ente de Cultura y también de la comisión, para decir que la casa quedaba protegida bajo la ley 7500 por seis meses, prorrogables a nueve. La decisión se comunicaba a los dueños, a la municipalidad y a todo ente que tuviera que ver con permisos de demolición y construcción porque “la protección preventiva lo que hace es suspender cualquier tipo de modificación del bien que va a ser declarado patrimonio mientras tanto se sustancien todos los pasos para la declaratoria. La Comisión y la sociedad consideran que la casa Sucar es un bien de interés cultural y lo que se intentará es equilibrar los intereses privados con los de la comunidad. Acá hay una voluntad de la Comisión de cumplir con su trabajo y una preocupación de la sociedad; me parece muy saludable que la sociedad reconozca su patrimonio, que se haga cargo de él”.

Las declaraciones del funcionario coincidieron con una movilización frente a la casona, donde unos doscientos preservacionistas hacían el aguante. La protesta se transformó en fiesta y baile, con vecinos de todo el barrio prendiéndose felices. Lo que había dicho la comisión parecía tan tajante que todos se fueron a casa satisfechos.

Pero resulta que no era así: hoy se cumplen los nueve meses máximos de la medida de protección y hace tres días que la comisión anunció que no va a proteger la casa Sucar. Esta vez no hubo documento, no hubo Guzmán hablando en público –según La Gaceta de Tucumán, “estaba en una reunión” y no pudo hablar– y no hubo explicaciones. Lo que trascendió fue medio pavote, que a nadie se le ocurría qué hacer con la casona y Tucumán no tiene fondos para expropiarla y hacer un centro cultural.

Con lo que es muy posible que al leer esto, este sábado 13 de octubre, la piqueta se esté cargando una pieza patrimonial de primera agua y arruinando un conjunto. La idea anticuada, jovatísima, de que para preservar el Estado tiene que expropiar sirvió de excusa una vez más para permitir un negocio privado a costa de la propiedad social.

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El Tucuman antiguo en el presente: demolerían la Casa Sucar
agosto 27, 2015 revistahistoriaparatodos 1 comentario
Ni los yuyos ni el descuido le quitan el esplendor a la casa construida en 1923. Foto La Gaceta

Como si se tratara del último manotazo de un ahogado, la Municipalidad de la capital remitirá a la Comisión de Patrimonio de la Provincia el pedido de demolición de la Casa Sucar, una pieza singular del modernismo en nuestra ciudad. La solicitud de demolición fue realizada por el Grupo Lucci, propietaria del inmueble ubicado en el bulevar Salta 532. “En realidad, solamente podemos pedir información para estar seguros de si hubo o no algún tipo de avance en el último tiempo, pero lo concreto es que la Comisión se expidió en octubre de 2012 y decidió no hacer lugar al pedido de incluir la casa en el listado de bienes protegidos por la Ley de Patrimonio. Mucho más no se puede hacer”, lamentó Luis Lobo Chaklián, subsecretario de Planificación Urbana.

La única “protección” (valen las comillas) con la que cuenta la casona construida en 1923 es la de integrar el Inventario de bienes de interés municipal, lo que en este caso puntual reviste una categoría meramente declarativa, ya que sus propietarios no solicitaron que el inmueble sea acogido en el régimen de preservación propuesto por la Ordenanza Nº 1773/91 y su decreto reglamentario. Ese sistema prevé una serie de beneficios para el dueño de un bien de interés municipal, a cambio de su conservación, entre otras obligaciones. Sin embargo, la decisión siempre es del propietario.

Consultado por LA GACETA, un representante del Grupo Lucci confirmó el pedido realizado ante Catastro municipal. “Hemos solicitado autorización para demoler la casa, como cualquier ciudadano que ejerce su derecho sobre un bien que le corresponde. Se cumplieron todos los pasos administrativos y Patrimonio decidió no incorporarla al listado de bienes protegidos y tampoco desde el Gobierno provincial se mostró interés en expropiar, entonces tenemos derecho a disponer del bien”, explicó el representante, quien solicitó mantener su nombre en reserva. “No es nuestra intención polemizar. Simplemente ejercemos nuestro derecho”, concluyó.

La última chance

Agotadas todas las instancias administrativas iniciadas en enero de 2012 con varios pedidos de incluir la casa donde funcionó la Fundación Vicente Lucci a los bienes protegidos por la Ley de Patrimonio, la única posibilidad de que la ciudad no pierda esa joya modernista que integra un conjunto constructivo de reconocido valor cultural es que la Provincia lo someta a expropiación. La Dirección de Patrimonio hizo un pedido en ese sentido el año pasado, pero no ha obtenido respuesta. “La semana pasada volvimos a insistir mediante nota para saber si había alguna novedad respecto del pedido de expropiación, pero no hubo respuesta. Seguiremos insistiendo…”, anticipó Mercedes Aguirre, directora de esa cartera que depende del Ente Cultural.

El representante de la compañía a quien pertenece la casona prefirió no dar detalles sobre el posible uso de la parcela si se concreta la demolición, pero todo indica que estaría destinada a la construcción de un edificio en altura o un complejo de torres. En estos momentos, la casa se encuentra en estado de abandono, con pastos altos y basura acumulada.
Como un balde de agua fría n La noticia del nuevo pedido de demolición de la Casa Sucar cayó como un baldazo de agua fría entre quienes impulsaron su defensa en 2012. “Es increíble que ningún inversor tucumano reconozca la potencialidad de esa casa, donde se podrían hacer otras propuestas redituables, no solo un edificio de departamentos”, opinó la joven arquitecta Paula Iparraguirre.
LA GACETA
Foto La Gaceta
La Casa Sucar tiembla por un nuevo pedido de demolición
La Dirección de Catastro elevó la solicitud a Planificación Urbana, ya que integra el inventario de Bienes de Interés Municipal. Una historia que comenzó en 2012 y que movilizó a la ciudadanía.

Un nuevo pedido de demolición pesa sobre la Casa Sucar, la señorial casona ubicada en el bulevar Salta 532. La solicitud ingresó a la Dirección de Catastro de la Municipalidad, pero la Comisión de Patrimonio insistirá en que sea expropiada debido a su reconocido valor patrimonial y cultural para la ciudad. En estos momentos, el trámite aguarda en el despacho de Luis Lobo Chaklián, subsecretario de Planificación Urbana, quien ya anticipó que lo elevará a Patrimonio.

El expediente que solicita su demolición fue iniciado por una empresa privada, propietaria del inmueble. Con esto, se retoma la polémica que se había encendido en enero de 2012 con un pedido similar y que provocó un férreo repudio ciudadano en defensa de esa emblemática casa que integra el Inventario de bienes de interés municipal. Justamente por esa condición Catastro no puede autorizar la demolición sin previa consulta. “Catastro no puede autorizar la demolición si no interviene previamente Planificación Urbana, porque se trata de un edificio de valor patrimonial”, explicó Isabel Salas, directora de Planificación Urbanística Ambiental (dependiente de Planificación Urbana).

Lobo Chaklián, por su parte, aseguró que remitirá el pedido a la Dirección de Patrimonio para que analice la situación de la casona. “Si bien se trata de una propiedad privada y, por lo tanto, no es mucho lo que nosotros podamos hacer, reconocemos que se trata de un bien que ha generado mucha sensibilidad pública, entonces vamos a buscar la opinión de la Comisión de Patrimonio”, informó el subdirector, aunque no pudo dar precisiones sobre el expediente porque aún no lo había analizado en detalle.

“A nosotros todavía no nos han llegado las actuaciones, pero sabemos que existe el pedido de demolición y que nos lo van a remitir. Cuando eso suceda, lo vamos a elevar a la Comisión de Patrimonio para su inmediato tratamiento”, adelantó Mercedes Aguirre, directora de Patrimonio de la Provincia. “Vamos a insistir con el pedido de expropiación, una medida que debe tomar la Legislatura y que ya hicimos oportunamente, pero aún no hemos tenido respuesta”, informó la funcionaria.

Defensa popular

La alarma por la posible demolición de la casona que ocupaba la Fundación Vicente Lucci se encendió por primera vez en enero de 2012, cuando se corrió la voz de la presunta venta del inmueble ubicado en Salta al 500. A partir de ese momento, un grupo de ciudadanos comenzó a movilizarse para impedir que la histórica casa cayera bajo la piqueta. Incluso, por esos días llegó a constituirse una informal “guardia ciudadana” en las puertas de esa singular construcción. También se organizaron marchas y acciones artísticas convocadas a través de las redes sociales.

De aquellas manifestaciones participaron, además de ciudadanos “comunes”, profesionales defensores del patriomonio arquitectónico de la ciudad. La arquitectaDaniela Moreno, en ese entonces directora del Instituto de Historia de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, había advertido en esa oportunidad que no estaba en juego sólo la casa Sucar en particular, sino la calidad ambiental de la zona. “La casa integra un conjunto y, si se la demuele, se pierde el todo. Además está restaurada y rehabilitada hace poco, así que está en muy buen estado de conservación, cumpliendo una función cultural (por la labor de la Fundación Vicente Lucci) lo cual era un avance, y ahora se daría un retroceso”, había expresado. “Tucumán ha ido perdiendo tanto la vivienda popular como las viviendas de mayor valor en el patrimonio arquitectónico. Lo grave es que no se han ido reemplazando por arquitectura significativa, analizó en aquel momentoSilvia Rossi, también arquitecta especializada en patrimonio.

Declaración preventiva

El reclamo popular apuró reuniones de la Comisión de Patrimonio, algunos de cuyos miembros se encontraban de vacaciones y debieron suspenderlas. Tras el debate, el cuerpo dictaminó que la casa fuese declarada preventivamente como bien de valor patrimonial, impidiendo cualquier modificación u operación comercial sin el consetimiento expreso de la Comisión.

Pero en octubre de 2012, cumplidos los plazos administrativos, la declaración preventiva quedó sin efecto y la Comisión, por cuatro votos positivos contra tres negativos, dio via libre para que sus propietarios dispusieran del bien.

Finalmente, en marzo de 2014 el Ente Cultural de Tucumán elevó las actuaciones a la Legislatura para solicitar la expropiación de la Casa Sucar, trámite que hasta al momento no obtuvo respuesta.

Un informe redactado por Ana Lía Chiarello, magíster arquitecta, destaca la casa Sucar como un singular ejemplo del movimiento modernista. Según consta en ese trabajo, la casona fue construida en 1923 por la familia Barbieri, y se la conoce por el nombre de la última familia que la habitó, los Sucar. Intervinieron en el diseño el arquitecto Luis Lucena y los artesanos italianos Perinotti y Colotti. “Tiene innegables valores arquitectónicos y se destaca por su alta calidad de resolución”, destaca el informe.

Punto de vista
Estilo, arte y testimonio
Ana Lía Chiarello – Dir. Inst. de Historia y Patrimonio (FAU-UNT)

¿Qué perdemos los tucumanos si perdemos la Casa Sucar? Obra del arquitecto Luis Lucena, en ella convergen valores que le otorgan particular importancia para la memoria colectiva de nuestra ciudad. Por una parte, es testimonio -junto con otras importantes residencias que aún se conservan- de los modos de vida de la burguesía inmigratoria tucumana de principios de siglo XX. Este chalet pintoresquista refleja una transición entre las costumbres formales y rigurosas propias del siglo XIX y una vivienda más informal y en contacto con la naturaleza que anticipa modos de habitar más intimistas y descontracturados, propios de la modernidad.

El edificio tiene innegables valores arquitectónicos al representar el estilo modernista, corriente de la que quedan pocos ejemplares en Tucumán, lo que otorga un valor de singularidad. Además, se destaca por una alta calidad de resolución: pueden también asignársele valores artísticos, producto de la participación de destacados escultores italianos en su ejecución, que resolvieron con gran maestría muchos de los estilemas formales propios de la corriente modernista.
Cambios en la ley 7.535
La Casa Sucar mostró una importante falla en la ley de patrimonio, que fue modificada

El caso de la Casa Sucar develó una profunda falla en la Ley Nº 7.535, bautizada como “Ley de Patrimonio”, e impulsó su modificación. El texto original estipulaba que si un bien de dominio privado (como en este caso) era declarado parte del Patrimonio Cultural de la Provincia, sería declarada también su utilidad pública y sujeción a expropiación. Ambas medidas exceden las facultades de la Comisión de Patrimonio, lo que convertía la cláusula en inconstitucional. A partir de la modificación, la Comisión solicita esas medidas a la Legislatura, adjuntando el informe que justifica el pedido.

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Ciudad
Impulsan la expropiación para la casa Succar
Un proyecto de ley del radicalismo quizás pueda salvarla de la piqueta. La Justicia había reactivado el pedido de demolición. Apoyo de instituciones.
10 Jun 2016 20 1409
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NO QUIEREN QUE SE DEMUELA. El bloque de la UCR propone que en la casona ubicada en Salta 532 se instale un centro cultural. LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO (ARCHIVO).

Las luces de alerta han vuelto a encenderse: la casa Sucar está de nuevo en peligro. La Sala 3 de la Cámara en lo Contencioso Administrativo dio orden de pronto despacho al municipio para que en 10 días se expida sobre el pedido de autorización para demolerla que ya 2012 habían interpuesto los propietarios. Así consta en la nota con la que hace ya una semana el subsecretario de Planificación Urbana de la Municipalidad, Luis Lobo Chaklián, remitió el pedido al director del Ente de Cultura, Mauricio Guzman... y los plazos corren.

Pero no todo son nubarrones negros: los legisladores José María Canelada (jefe de bloque de la UCR), Adela Estofán de Terraf y Eudoro Aráoz presentaron un proyecto de ley de expropiación de la magnífica casona, ubicada en Salta 532. Citan en los fundamentos diferentes pedidos de previos, entre ellos, varios del Instituto de Historia de la Facultad de Arquitectura (el último, de agosto de 2015) y el del propio Ente Cultural de Tucumán, de marzo de 2014.

Y las reacciones ya han comenzado a producirse. Ayer, tanto la directora del Instituto, Ana Lía Chiarello, como la decana y la secretaria de Extensión de la Facultad de Arquitectura, arquitectas Olga Paterlini de Koch y Daniela Moreno, enviaron una nota a Canelada y a Estofán de Terraf agradeciendo y apoyando la iniciativa.

El proyecto de ley

Lo que se propone es crear en la casa el Centro Cultural Luis Lobo de la Vega para artistas Emergentes, y ponerlo bajo custodia y administración del Ente de Cultura de la Provincia.

“Se persigue un doble objetivo. Por un lado, salvar una casa de gran valor patrimonial, que los tucumanos ya salieron a defender en numerosas ocasiones -explicó Canelada-. Por otro, generar un espacio que albergue y estimule en su formación a jóvenes artistas tucumanos; que sirva de usina para nuestra cultura y como mecanismo de difusión de las producciones locales”.

En los fundamentos del proyecto se citan todos los valores de la casa, no sólo como inmueble particular, sino también como integrante de un conjunto urbano, “uno de los más significativos y de mayor calidad paisajístico-ambiental del casco histórico de la ciudad”.

El texto rescata también el marco normativo y los antecedentes legales que protegen la casa, incluso aunque no esté estrictamente protegida por la Ley de Patrimonio, por tratarse de una propiedad privada.

“Precisamente por eso es que creemos que es un deber del Estado protegerla. Y convencidos de ello, confiamos en que nuestros colegas legisladores escuchen los reclamos que desde 2012 hace la población tucumana y apoyen esta iniciativa, con la urgencia que los hechos establecen”

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Tucumán
La Casa Sucar ya es del municipio de San Miguel de Tucumán
Este martes se realiza la toma de posesión en un acto que encabezará el intendente Alfaro, y comenzarán las obras en breve para habilitar el inmueble.
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El municipio toma posesión de la Casa Sucar y comienza las tareas para habilitarla.

A casi tres meses de que el Concejo Deliberante de San Miguel de Tucumán votara por unanimidad la expropiación de la Casa Sucar, este martes finalmente el Municipio tomará posesión del inmueble de manera formal.

El Secretario de la Gobernación Municipal, Walter Berarducci, anunció que la toma de posesión se realizará a las 11 en un acto que estará encabezado por el intendente Germán Alfaro, y del que se espera la participación de referentes de todo el arco político.

Berarducci, adelantó en el programa Los Primeros, que "hoy se va a hacer la primera observación in situ" para conocer el estado del inmueble y que cuanto antes "van a comenzar a trabajar los técnicos del área", sin embargo no quiso adelantar una fecha de inauguración de la casa: "no me arriesgaría a dar una fecha, pero la postura es que la casa esté lo antes posible a disposición de los ciudadanos".

Destacó que el objetivo es la "preservación del inmueble respetando sus características arquitectónicas" para "que la casa sea el producto de todos los sectores".

En la Municipalidad comentaron que el objetivo es inaugurar la casona de Salta 532, el 9 de julio. Aunque ello, dependerá de la velocidad con que se concrete el traslado de la propiedad y se diagramen las obras de restauración.

Funcionarios municipales explicaron que buscarán acelerar los pasos del proceso.

El trámite administrativo de expropiación es llevado adelante por Fiscalía Municipal. Entre los pasos del avenimiento, como se denomina legalmente, se solicitó intervención a la Comisión de Tasación para que valúe el inmueble. El siguiente paso será acordar la propuesta, el modo de pago y la firma del convenio para el traslado definitivo del dominio. El proceso podría demorar entre 45 y 60 días.

En la Municipalidad aguardan que el valor de la comisión sea similar al que se estimó extraoficialmente antes de la sanción de la ordenanza de expropiación, cercano a los $ 32 millones. Según el artículo 24 de la ley de Expropiación provincial (5.006), ese grupo de trabajo es presidido por el titular de la Secretaría de Obras Públicas de la Provincia, y un miembro por la Dirección General de Catastro, de la Dirección de Arquitectura y Urbanismo, de la Secretaría de Agricultura, de la Dirección de Inmuebles Fiscales, del Banco de la Provincia de Tucumán y de la Municipalidad capitalina.




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