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Bhutan - Las claves de la Felicidad Interna Bruta. La Felicidad en Bután es un mandato constitucional.

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04/04/2017 Bhutan - Las claves de la Felicidad Interna Bruta. La Felicidad en Bután es un mandato constitucional.


La apuesta del gobierno de Bután por hacer que su desarrollo económico no se base en el crecimiento de su Producto Interior Bruto, sino en el índice de la Felicidad Nacional Bruta, ha llevado a su Primer Ministro, Jigma Thinley, a convertirse en la estrella del Primer Congreso Internacional de la Felicidad, que concluyó ayer en Madrid.

No siempre en tiempos de calma social y bonanza económica uno es capaz de ser feliz. Es cierto que aumentamos nuestras posesiones materiales, pero está demostrado que eso no nos hace más felices. Dice el Primer Ministro de Bután, Jigma Thinley, que las crisis son las que nos llevan a la búsqueda de una forma de vida alternativa que nos conduzca a la felicidad.

“En tiempos como estos nos volvemos más modestos y aceptamos que la forma en que vivimos no es la mejor”, explica Thinley, “y nos damos cuenta que los bienes materiales conseguidos no tienen valor real. Una casa, un trabajo, unos ahorros, una inversión en Bolsa… todo puede desaparecer en un momento de crisis financiera. Por eso algunos hablan de ilusiones sin valor tangible”.

Lo que para el primer ministro de Bután sí es real y tangible es que estamos destrozando el planeta y acabando con la riqueza natural. “Dentro de no mucho el agua será un bien escaso y eso enfrentará a los países, incluso a comunidades dentro de un mismo país. Probablemente hoy estamos mucho más cerca que nunca de una guerra nuclear”.

Según Thinley, los paquetes de estímulo del crecimiento que están desarrollando muchos gobiernos occidentales son más de lo mismo: más deuda, más explotación de recursos naturales, más paro…

“En estos tiempos te das cuenta de que el sistema tiene fallos. Los gastos sociales son enormes. Estamos presenciando la ruptura de las comunidades, e incluso de las familias. Cada vez hay más conflictos entre las personas, que compiten por el éxito material. Estamos creando un mundo de individualidades, no de sociedades, y cuando no perteneces a un grupo se destruyen las relaciones y se hunde la felicidad, porque está demostrado que cuando hay una auge de las relaciones, aumenta la felicidad y ésta disminuye con los conflictos personales”.

¿Cómo hemos llegado a este punto? Según Jigma Thinley tiene mucho que ver con la manera en que hemos dado forma a nuestras economías. Por eso hizo reflexionar a los asistentes sobre el modelo económico existente que mide el progreso en términos de PIB. Y lo hizo insistiendo en que en el último siglo los recursos naturales se han ido consumiendo al mismo tiempo que aumentaba la prosperidad económica.

ssshhhhh!!!!! Silencio. El honorable Jigma Thinley deja de hablar. Coge un vaso de agua. Lo bebe. Y se dirige a las más de 600 personas que abarrotan la sala: “Antes de continuar, ¿puedo pedirles una sonrisa?” Y claro, se la damos, intuyendo que ha terminado de dibujar un indeseable panorama para pasar a describir un mundo de esperanza en el que reina la felicidad.

Y así es. El mandatario butanés comienza a narrar cómo en 2008 su rey abdicó para otorgar el poder al pueblo y convertir a su país en una monarquía democrática. Cuando se preguntó cómo debía desarrollarse su pueblo, llegó a una conclusión muy clara: lo que más quieren los ciudadanos es ser felices. Por eso se marcó como una de sus obligaciones el ayudarles a conseguirlo.

Ante esta situación, el gobierno de Bután decidió que el PIB dejaba ser el único indicador de crecimiento, “porque el crecimiento no es eterno, los recursos naturales son limitados y lo único que nos ha dejado este medidor es un futuro lleno de incógnitas”. Así fue como Bután decidió cambiar de modelo de crecimiento y apostó por medir el bienestar de su país en función de lo que realmente importaba a sus habitantes: la felicidad.

Desde entonces, su gobierno se encarga de medir cada año la Felicidad Nacional Bruta (GNH, por sus siglas en inglés) y rige su política de crecimiento “de acuerdo a unos principios que equilibran las necesidades del cuerpo y la mente, promoviendo otro tipo de desarrollo como es la cultura, la educación, el bienestar y el respeto al medio ambiente”, subrayó el Primer Ministro.

Gracias a estos cambios, Bután es un país con una población cada vez más feliz y reivindica la importancia de la felicidad en la vida, porque según Jigma Thinley, “es la única fórmula que existe para conseguir la estabilidad y la paz mundial”.
Por Juanjo Moreno
21 octubre 2010

El video fue publicado el 4 may. 2016 y trata de la visita en nuestro país como el principal expositor en el 5° Encuentro de Felicidad, Pema Wangda, ministro de Trabajo, explica de qué se trata el particular modelo butanés y por qué no es suficiente basarse solo en el PIB para medir el progreso.

P.D. Si te interesa conocer la historia de este maravilloso lugar, busca en "Escritos" el PDF llamado " El cuento de Bután" . Es precioso.




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