18/01/2007 Mi padre, mi hermana Elizabeth y mi hermano el pequeño Sándor en Neuquén.
Mi padre, mi hermana Elizabeth y mi hermano el pequeño Sándor.
Relato: "El mejor de los brahmines".
El sol ya había desaparecido del firmamento y los niños de la aldea habían regresado con el ganado. Después de encerrar a los animales, corrieron a oír las enseñanzas del maestro Gautama.
Después de un rato, llegó un niño desconocido que ofreció flores y frutas al sabio antes de preguntarle con respeto: "Señor, vengo a que me guíes por el camino de la verdad" A lo que Gautama respondió: "Bendito seas". ¿De qué casta eres? Porque solo alguien de la casta superior, brahmines, puede aspirar a la suprema sabiduría. "No lo sé, maestro, se lo preguntaré a mi madre", contestó el pequeño.
El niño se dirigió a su cabaña y encontró a su madre en la puerta, iluminándose con un candil. "Madre, como se llamaba mi mpadre? Porque el sabio Gautama me ha dicho que solo un brahmín puede aspirar a la suprema sabiduría", le preguntó.
Apenas conteniendo las lágrimas, la mujer habló así a su hijo: "Soy pobre y he servido a muchos amos. Sólo puedo decirte que yo te traje a este mundo pero no tuve marido".
Al día siguiente, cuando el pequeño volvió a visitar al sabio y le explicó que no conocía a su padre, los niños se burlaron de él, pero Gautama se levantó, lo abrazó y le dijo: "Tú eres el mejor de los brahmines, hijo mío, porque tienes la herencia más noble, que es la verdad".